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15 de enero de 2009

La enfermedad periodontal, mucho más que un pequeño sangrado


Nuestras bocas dicen mucho de nosotros. Una sonrisa bonita es capaz de conseguir muchas cosas, pero a veces, lo que ocurre en nuestras bocas es señal de algo más serio. Estudios científicos demuestran una relación entre la enfermedad periodontal y varias enfermedades, incluyendo las enfermedades cardíacas.

Sin embargo, las personas conocen poco acerca de las enfermedades periodontales y a veces ni se percatan que sufren este padecimiento ya que en ocasiones éstas pueden progresar sin ningún síntoma o dolor. La enfermedad periodontal es una infección de las encías y el tejido de soporte de los dientes y si no es tratada a tiempo puede causar la pérdida de estos. Por eso es importante estar muy atentos de la salud bucal para así notar cualquier cambio que pueda agravarse luego.

La primera etapa, y la menos severa, de la enfermedad periodontal es la gingivitis, la cual es completamente prevenible y tratable. La gingivitis provoca la inflamación y enrojecimiento de las encías, acompañado de un sangrado ligero sobre todo al cepillarse o al utilizar el hilo dental. Esta condición está asociada a una deficiente higiene bucal, ya que se desarrolla cuando las bacterias crecen y se multiplican entre los dientes y las encías.

Las bacterias en la boca forman constantemente una placa alrededor de los dientes. Si ésta no se elimina correctamente se endurece formando el sarro, el cual alberga gran cantidad de bacterias que infectan e inflaman las encías. A veces, es difícil percibir la gingivitis ya que la incomodidad puede ser poca o ninguna, pero si no es tratada puede degenerar en serios problemas bucales los cuales pueden afectar la salud del resto del cuerpo. Es más, estudios científicos demuestran que las personas con enfermedades periodontales tienen un riesgo 25 por ciento más alto de desarrollar enfermedades cardíacas.

Cuando la gingivitis no es tratada a tiempo puede convertirse en periodontitis, una inflamación alrededor del diente. En esta etapa las encías se separan de los dientes, formando sacos o bolsas infectadas que permiten que las bacterias se desarrollen debajo de la línea de las encías. Esto destruye el tejido de sostén y el hueso que mantienen al diente en su lugar.

Las señales y síntomas de la enfermedad periodontal pueden no notarse hasta que ésta haya avanzado, pero estos pueden incluir: mal aliento constante, encías rojas e inflamadas, dolor al masticar, encías sensibles y que presentan sangrado, dientes sensibles y dientes flojos.

Es primordial mantener un cuidado óptimo de la boca. Una rutina de cuidado bucal y visitas regulares al dentista son la mejor defensa en contra de la gingivitis. Sin embargo, cepillarse los dientes no es suficiente para mantener la limpieza total de la boca. El uso del hilo dental después del cepillado remueve los residuos de comida entre los dientes.

Además, es bueno utilizar un enjuague bucal antiséptico como Listerine®, el cual está clínicamente comprobado como efectivo para reducir la gingivitis y matar los gérmenes entre los dientes. Es más, estudios científicos demuestran que una exposición de solo 30 segundos con Listerine® mata las bacterias que causan la placa y la gingivitis. Siguiendo estos pasos todos los días (dos veces al día) se mantiene una higiene adecuada y se reducen las posibilidades de desarrollar enfermedades periodontales y de sufrir de otros padecimientos relacionados con las mismas.

Fuente.: http://www.elnuevodiario.com.do

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